jueves, 9 de junio de 2011

El virus de la "Actitud"

Cómo desarrollar una buena actitud

Tener una buena actitud no significa que uno esté feliz todo el tiempo. Después de todo, ¿qué tan bueno es tener una actitud positiva si lo único que significa es que usted camine feliz por el sendero equivocado? Tener una buena actitud no significa negar dolor, decepción y frustraciones que son inherentes en la vida. En realidad, usted debe estar en sintonía con los problemas para que pueda hacer los ajustes necesarios y adaptarse o cambiar. Tener una buena actitud significa buscar soluciones, ver las posibilidades y permanecer esperanzado sobre el futuro. Una buena actitud le deja a usted y aquellos a su alrededor sintiéndose más fuertes.


Busque el diamante en el lodo

La actitud te determina la forma en que usted enfrenta la vida diaria. ¿Es aburrida? ¿O está llena de oportunidades? Algunas veces pensamos que aquellos que han triunfado en la vida han tenido suerte, sin embargo la evidencia demuestra que esas personas con suerte permanecieron receptivas a las oportunidades. No miraban hacia adentro, perdidos y absortos en los obstáculos. Miraban hacia afuera y por ende pudieron ver las posibilidades.

Concéntrese en lo positivo
Las personas con buenas actitudes concentran principalmente su atención en lo positivo. No ignoran los problemas, pero tampoco dejan que éstos influyan su percepción total. Sarah, una instructora adjunta, tuvo dos estudiantes difíciles en una clase de 17 alumnos. Se volvió tan absorta en los malos sentimientos creados por dos estudiantes flojos que ignoró la energía y el entusiasmo inherentes de los otros 15 estudiantes. Su desviado enfoque negativo envenenó su actitud para sus habilidades, su empleo y el total de la clase. Renunció a su cargo y después ante su sorpresa leyó en las evaluaciones hechas por los estudiantes para los profesores dónde la mayoría de los estudiantes habían calificado sus funciones como inspiradoras. No deje que personas negativas le arrastren al abismo o distorsionen su visión. Saque fuerza y coraje de lo positivo—de esas cosas que andan bien en su vida. Haga una lista mental cada día de esas “cosas buenas”.

Busque soluciones

Cuando enfrentan dificultades, las personas con una buena actitud buscan soluciones. Comienzan a tener ideas geniales. A tiempo que las ideas empiezan a surgir, se prende la chispa de la energía. De ese modo, una buena actitud es contagiosa—que vigoriza, motiva e inspira. Piense como si acaso fuese un sacudón de cafeína para usted y para los que están a su alrededor.


Desdichadamente, una actitud mala es igualmente contagiosa—le puede arrastrar a usted y a sus asociados al abismo. En un mundo negativo, todos se lamentan y se quejan que el cielo se está cayendo pero nadie busca una solución. Si el problema es algo que no se puede cambiar—la muerte de alguien, una enfermedad incurable o algo tan mundano como el clima—busque formas creativas para adaptarse, o mejor todavía para prosperar, a pesar de los desafíos.

Aprenda de los errores
Las personas con actitudes positivas saben que hacer la prueba y equivocarse, cometer errores y fracasar son parte del proceso del desarrollo y del descubrimiento. Esto, a su vez, les da energía y coraje para aprender de sus errores y perseverar. Si bien la perseverancia es parte de una buena actitud, siempre viene con una salvedad. No confunda la perseverancia ciega con la perseverancia creativa. En otras palabras, usted no quiere perseverar incurriendo en los mismos errores una y otra vez. Persevere en sus metas a tiempo de continuar aprendiendo, adaptándose y cambiando, tal como sea necesario.

Tome acción
Una persona con una buena actitud toma acción. No tiene miedo de dar el primer paso. O quizás tenga miedo, pero lo hace de todos modos. No espere tener un rayo de inspiración repentina. Comience a actuar y la energía e inspiración vendrán más adelante. Por ejemplo, los escritores que triunfan no esperan que la musa de la inspiración se siente sobre sus hombros antes de comenzar a escribir. Se presentan ante una hoja de papel en blanco día tras día y escriben y vuelven a escribir hasta conseguir el resultado que quieren. En otras palabras, haga su trabajo y la inspiración vendrá más adelante.


Desarrolle una actitud positiva
No todos nacen con una actitud positiva ni tampoco a todos se les ha criado en un ambiente que les conduce hacia una actitud positiva. Se la puede aprender y, con práctica, se convierte en un hábito. Para quienes comienzan:
• Cada vez que usted piense en algo que no anda bien, hágalo contrarrestar con una lista de las cosas que sí están resultando.
• Para cada problema, hay soluciones con ideas geniales.
• Siga por lo menos a una de esas soluciones.
• Haga algo para sentirse bien acerca de usted mismo.
• Permanezca receptivo al cambio.
• Desafíe sus propias palabras negativas dirigidas a usted mismo.
• No se convierta en un farsante, pero “realce” el juego de la vida—vístase mejor, sonríase con más frecuencia, haga comentarios más positivos.
• Como un experimento, durante un día, rechace todos sus planteamientos negativos. Fíjese en las diferentes reacciones que consigue de todos, desde el empleado tras la caja registradora hasta su conviviente.
• Rodéese de personas positivas y evite los negativitas tóxicos.

miércoles, 8 de junio de 2011

Qué es trabajar en equipo

De por sí la palabra "equipo" implica la inclusión de más de una persona, lo que significa que el objetivo planteado no puede ser logrado sin la ayuda de todos sus miembros, sin excepción. Es como un juego de fútbol: todos los miembros del equipo deben colaborar y estar en la misma sintonía para poder ganar. El futbolista no debe jugar por sí solo, tiene que tomar en cuenta el hecho de que forma parte de un equipo. Solemos pensar que el trabajo en equipo sólo incluye la reunión de un grupo de personas, sin embargo, significa mucho más que eso.

Trabajar en equipo implica compromiso, no es sólo la estrategia y el procedimiento que la empresa lleva a cabo para alcanzar metas comunes. También es necesario que exista liderazgo, armonía, responsabilidad, creatividad, voluntad, organización y cooperación entre cada uno de los miembros. Este grupo debe estar supervisado por un líder, el cual debe coordinar las tareas y hacer que sus integrantes cumplan con ciertas reglas.
¿Por qué trabajar en equipo?

El éxito de las empresas depende, en gran medida, de la compenetración, comunicación y compromiso que pueda existir entre sus empleados. Cuando éstos trabajan en equipo, las actividades fluyen de manera más rápida y eficiente. Sin embargo, no es fácil que los miembros de un mismo grupo se entiendan entre sí con el objeto de llegar a una conclusión final.
Cada uno de nosotros piensa diferente al otro y, a veces, creemos que "nuestra opinión" impera sobre la de nuestro compañero, sin embargo ¿cómo podemos llegar a un equilibrio? Precisamente allí es que está la clave del éxito, en saber cómo desenvolvernos con un grupo de personas cuyas habilidades, formas de pensar y disposición para trabajar, en algunas ocasiones, difieren de las nuestras.
¿Qué es un equipo de trabajo?

No debemos confundir "trabajar en equipo" con "equipo de trabajo". Son dos conceptos que van de la mano, pero que poseen diferentes significados. El equipo de trabajo implica el grupo humano en sí, cuyas habilidades y destrezas permitirán alcanzar el objetivo final. Sus integrantes deben estar bien organizados, tener una mentalidad abierta y dinámica alineada con la misión y visión de la empresa.

El miembro del equipo de trabajo debe producir para obtener mejores resultados, centrarse en los procesos para alcanzar metas, integrarse con sus compañeros, ser creativo a la hora de solucionar problemas, ser tolerante con los demás, tomar en cuenta a sus colegas y aceptar sus diferencias, obviar aquellas discusiones que dividan al grupo y ser eficiente, más que eficaz.
Fracasos del trabajo en equipo
• No existe un clima agradable de trabajo
• Se planifica incorrectamente
• Existe negatividad y egoísmo en el grupo
• Los miembros están desmotivados y no son perseverantes
• Los involucrados no se sienten parte del grupo
• No se da la confianza mutua
• Los objetivos a cumplir no están claros

ESTUDIO DE LA PERSONALIDAD

La personalidad es el concepto con que designamos el conjunto total de nuestras facultades físicas, mentales y emocionales; pero a la vez, el producto resultante de nuestras vivencias, experiencias y aprendizajes de nuestra vida, bien sean éstas positivas o negativas. También definimos como personalidad los rasgos y características únicas que hacen diferentes a una persona de otra, tanto en su aspecto físico, como también en su forma de responder y reaccionar frente a las diversas circunstancias de la vida.

Nuestra personalidad se ha venido formando y estructurando con toda la infinidad de vivencias, experiencias, frustraciones, sufrimientos, satisfacciones y alegrías; es decir, toda clase de hechos que han afectado nuestra vida de un modo favorable o desfavorable.

Allí en el fondo de nuestra personalidad yacen ocultas mil cosas desconocidas para nosotros, las cuales nos impulsan a realizar diversas acciones, muchas en contra de nosotros mismos y contradictorias con respecto a nuestros anhelos y aspiraciones; no obstante, son la forma como se manifiesta y expresa nuestra personalidad, debido a las luchas y contradicciones internas promovidas por los materiales falsos de que está formada. Por esto, la inmensa mayoría de gente que fracasa en la vida, echa generalmente la culpa de sus inexplicables fracasos, a su mala suerte y a las circunstancias del medio ambiente; porque no posee unos elementos de juicio que le permitan reconocer, que la gran mayoría de nuestros fracasos es debida a fallas en nuestra misma personalidad.

Los complejos, la timidez, el nerviosismo, la preocupación, el temor, la agresividad y la inestabilidad de ánimo, son trastornos de la conducta. La conducta es exactamente la manifestación o lenguaje de la personalidad.

Sin una personalidad sana
no puede haber una buena conducta
y sin buena conducta
no puede haber buenas relaciones interpersonales.

LAS BASES DE LA PERSONALIDAD
La personalidad es la clave de todas las realizaciones humanas y se basa, en los factores que han servido de herramientas y a la vez de materiales para la formación de nuestra personalidad.

•Primera base de la personalidad: LA HERENCIA
La herencia es una de las bases más profundas e importantes de nuestra personalidad, porque mediante ella hemos recibido de nuestros padres ciertas cosas positivas y otras negativas, que debemos conocer, para aprovechar las características positivas y a la vez contrarrestar lo que sea negativo.

Hoy la genética moderna y la “psicogenética” vienen demostrando la gran influencia de ella sobre los factores patológicos o sanos de nuestro carácter; no significa que la herencia sea todo en nosotros y lo determine todo, sino que es un factor muy importante.

Mediante la herencia, nuestros padres han transmitido las características físicas, orgánicas y glandulares, que forman la parte física y biológica nosotros.
De ahí que el temperamento nace de la constitución orgánica y glandular en
interacción con la mente.

La personalidad no se transmite solo por herencia, los padres son la imagen guía interna para la formación de la conducta del niño y si los padres son neuróticos y desajustados emocionalmente, eso se reflejará en el carácter de sus hijos.

•Segunda base de la personalidad: EL TEMPERAMENTO
El temperamento es el modo de ser predominante de una persona. Es algo que caracteriza a una persona con respecto a las demás.

El temperamento es un conjunto de particularidades fisiológicas, morfológicas y glandulares que diferencian entre sí a los individuos, determinando sus reacciones emocionales ante las circunstancias del medio, de acuerdo con sus estados internos. Esto quiere decir, que el temperamento lo llevamos en nuestra sangre. El temperamento tiene mucho que ver con todo el funcionamiento de nuestro organismo, porque es el resultado de los fluidos de nuestro sistema glandular, orgánico y nervioso.

Por ejemplo: en una fiesta observamos cómo cada uno participa de ella asumiendo una actitud característica, con relación a la forma como es impresionado por el acontecimiento. Igual cosa observamos en un paseo, en lo cual nos damos cuenta que lo que a uno le produce gran placer y alegría, para otro le es indiferente o fastidioso.

No debemos confundir el temperamento con la personalidad. La personalidad tiene otras facultades tales como la razón, la voluntad, los contenidos de la memoria y otros; mientras el temperamento corresponde más bien a las tendencias impulsivas, afectivas y emotivas. Quiero decir con esto, que corresponde a las fuerzas e impulsos vitales ciegos, o sea que pueden manifestarse sin la intervención de la razón.

El temperamento es el que mayores dificultades nos ofrece para su educación y dirección; porque si lo reprimimos nos plantea problemas y si lo dejamos a su antojo también. Aquí es donde tiene que entrar en acción nuestra mente con todas sus facultades, para dirigir el temperamento por un camino de equilibrio y rectitud.

El temperamento es el que nos da las tendencias; las aptitudes y la vocación.

•Tercera base: LAS EMOCIONES
En cuanto al temperamento y las emociones puede decirse que las emociones son hijas legítimas del temperamento: lo que ocurre es que las emociones son la expresión del temperamento; digamos, son el temperamento en acción; tal como si el temperamento fuera un gran lago y las emociones un río que nace de ese lago. La diferencia entre el lago y el río, es que en el uno, el agua está quieta y en el otro en actividad, pero el agua del río es la misma del lago.

Nuestras emociones actúan y se expresan en ciclos, igual que el mar tiene tiempos en que baja la marea y tiempos en que sube, y tiene períodos de calma y paz, y períodos de agitación y tempestad. Tal vez usted haya podido darse cuenta, que sus emociones son las mismas todos los días. Estos cambios se llaman “los ciclos emocionales”; los cuales debemos conocer y saber manejar con inteligencia y habilidad.

Con las emociones se debe aplicar los mismos principios que con el temperamento. No se deben reprimir porque esto nos va a perjudicar más adelante, pero tampoco se deben dejar a su antojo, porque esto también nos causa daños; pero sí podemos dirigirlas, orientarlas y conducirlas mediante la ¡razón y la conciencia.

•Cuarta base de la personalidad: LOS INSTINTOS
Los instintos son una poderosa fuerza que precisa su satisfacción de un modo imperioso, pero con una finalidad específica. El instinto del hambre no tiene otra finalidad que satisfacer la necesidad biológica de nutrición. Igual cosa puede suceder con los demás; son un impulso para el cumplimiento de una finalidad biológica. Los instintos influyen sobre el temperamento y viceversa.

Tanto el temperamento como los instintos, son fuerzas ciegas que la razón y la voluntad tienen que controlar y conducir.

Todos los instintos (hambre, defensa, sexual ) están en conflicto, esto equivale a experiencias negativas, que impiden el normal desarrollo de nuestra personalidad; por esto, la dirección correcta de nuestros instintos es fundamental, para el buen desarrollo de nuestra personalidad

•Quinta base: EL MEDIO AMBIENTE
Este abarca los tres aspectos siguientes:
Medio ambiente vital (nacimiento, hogar y familia)
Medio ambiente social ( medio social, estudio, trabajo, leyes y costumbres).
Medio ambiente ético (moral , religión, educación).

El medio ambiente vital: este cuenta inclusive desde el vientre materno y va a formar parte de su futura personalidad, unido al medio ambiente en el cual se críe y desarrolle en lo futuro.

El medio ambiente social: Cuando el niño ya cuenta con la palabra como medio de comunicación, empieza a relacionarse socialmente con otros niños de su edad y con personas amigas de la familia y en esta forma surge en él una actitud de adaptación y aceptación de su medio o al contrario, un rechazo e inadaptación.

El medio ambiente ético: se refiere a los principios rectores para dirigir su vida haciendo distinción entre lo bueno y lo malo. Ejerce una importante influencia en la formación de nuestra personalidad, si nos hemos formado en un ambiente de sana moral y dignidad , donde predominan la paz, la armonía y el respeto a la persona humana, que si nos hemos formado en un ambiente de riña, robo, irrespeto e inmoralidad de toda clase.

•Sexta base: EL INTELECTO
El intelecto es la inteligencia y capacidad de pensar, entender, comprender y aprender. Esta facultad tiene grados de desarrollo de un apersona a otra; pues mientras uno es más hábil en las matemáticas, otro puede serlo en la biología, etc.

Pero no es exactamente que unos tengan más inteligencia que otros; sino que unos la tienen mejor dotada para determinado estudio, arte u oficio y otros para otros. Nuestro grado de inteligencia y la forma como sea empleada y aplicada, determina nuestro lugar en la vida.

PRINCIPIOS Y VALORES ÉTICOS

CONCEPTO

La palabra valor tiene tres acepciones, a saber:
· Una que deviene del concepto utilitarista que nos pone en el plano del costo, del precio, de la ganancia (de lo material).
· Otra que tiene que ver con la valentía y la fortaleza.
· Y una última que deriva de lo humano, es lo que cualifica y lo que nos hace ser mejor persona.

Es sobre ésta última acepción que se hará referencia en el presente documento.

En el campo de la Ética el estudio de los valores se llama axiología y se refiere a aquello que es bueno, digno de aprecio y que nos permite cualificarnos como personas.

Los valores son aquellas cualidades que poseen los seres humanos, por las cuales vale la pena luchar, que ayudan a la realización personal y al logro de metas; pero también podemos definirlos como los ideales que permiten que la persona, sus acciones o los objetos materiales sean calificados y, por lo tanto, se conviertan en deseables para el mismo ser humano. Los valores no son conocimientos o conceptos, se transmiten a través del ejemplo, deben ser el
resultado de opciones diarias y libres. Todos somos libres, además, de escoger o construir nuestros valores y darles el orden y la importancia que consideremos correctos de acuerdo con nuestra manera de ser y de pensar. Sin embargo hay valores que no cambian, que se conservan de generación en generación, siempre y en todas partes, como la condición de dignidad humana, la cual es un don inherente a todo ser humano. Es el reconocimiento fundamental en el cual se basan los derechos humanos; sin embargo como afirma Gustavo Wilches Chau: “ el que le niega la condición de dignidad a los demás sí se quita a sí mismo la condición de dignidad”.

La selección de los valores como guías de conducta para la existencia debe ser resultado de la libre elección del individuo, para que los considere realmente importantes y vitales para él. Si hay presión para su selección el resultado no será el mismo, pues no influirán por mucho tiempo en el comportamiento; así mismo, deben surgir de varias alternativas de las cuales pueda escoger, y sólo así es posible la preferencia. Para que algo guíe la vida de los sujetos en forma racional y con significado, debe surgir de balancear las circunstancias.

Sólo cuando se comprende perfectamente las consecuencias de cada alternativa pueden hacerse decisiones inteligentes; las decisiones impulsivas, hechas sin meditar o a la ligera, no producen acciones con sentido. Actuamos así cuando procedemos movidos por otros, sin ser autónomos y responsables. Es necesario que el individuo goce de autonomía para lo que considera que debe y no debe hacer, pues es la única manera de responder a cabalidad por sus actuaciones y aprender de las experiencias que la vida le propicia. Igualmente, ser responsable implica tener claridad de que la libertad no es sin límites y que en cada una de mis actuaciones debo tener en cuenta mi propio bien, el de los demás y el bien común, pues ser responsable implica responder ante nuestra conciencia y ante la sociedad.

La responsabilidad es la conciencia acerca de las consecuencias que tiene todo lo que hacemos o dejamos de hacer sobre nosotros mismos o sobre los demás.


En el campo del estudio o del trabajo, por ejemplo, el que es responsable lleva a cabo sus tareas con diligencia, seriedad y prudencia porque sabe que las cosas deben hacerse bien desde el principio hasta el final y que, sólo así, se saca verdadera enseñanza y provecho de ellas. Un trabajo bien hecho y entregado a tiempo es sinónimo de responsabilidad. La responsabilidad garantiza el cumplimiento de los compromisos adquiridos y genera confianza y tranquilidad
entre las personas.

La libertad es equilibrio y es poder de decisión. Es la posibilidad que tenemos de decidir por nosotros mismos, cómo actuar en las diferentes situaciones que se nos presentan en la vida. El que es libre elige, autónomamente, entre determinadas opciones, las que le parecen mejor o más convenientes, tanto para su propio bienestar como para el de los demás y responsablemente asume las consecuencias de su decisión. Las personas libres piensan muy bien lo que van a hacer antes de decidirse actuar de una u otra manera, pues saben que la libertad no es sinónima de hacer “lo que se nos dé la gana”, y que la mayoría de nuestros actos tienen consecuencias buenas o malas dependiendo del grado de responsabilidad con el que actuemos.

AUTOESTIMA

“Lo que un hombre piense de sí mismo determina, o más bien, señala su destino”. Henry David Thoreau. Tener autoestima significa quererse a sí mismo y considerarse una persona valiosa. Al afirmar su dignidad, usted reivindica su derecho a ser tratado con respeto. Usted tienen derecho a ser feliz. La autoestima requiere fe en nuestro talento personal y confianza en nuestra capacidad para desempeñarnos en la vida. La autoestima conduce la armonía.

Mucha gente cree que la autoestima procede de otras personas o de factores externos, o incluso consideran que su propia felicidad depende de otros. Lo cierto es que en los adultos, la autoestima es algo que uno debe darse a sí mismo.

Sólo usted puede ofrecerse a sí mismo autorrespeto.
Sólo usted puede brindarse autoaceptación.
Sólo usted puede concederse autoestima.

Su autoestima no se basa en lo que usted hace o sabe, no depende de su apariencia ni del dinero que tiene. La autoestima se basa en lo que usted es. Si usted se acepta, se respeta y se aprecia más a sí mismo, podrá hacerse cargo de su propia autoestima y dejar de esforzarse tanto por demostrarla, intentando complacer a los demás. Al intentar complacerse a sí mismo, crecerá su afecto hacia su propio yo, y al mismo tiempo agradará más a los que lo rodean.

La autoestima incondicional se basa en un amor incondicional hacia uno mismo. El primer mandamiento nos ordena amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos. Eso significa que primero debemos amarnos a nosotros mismos y luego a nuestro prójimo. En realidad, si uno se odia a sí mismo, no puede amar bien a nadie, como también si uno se considera un ser indigno de ser amado, es difícil que crea que cualquier persona pueda llegar a amarlo, incluso cuando lo hacen.

La autoestima empieza con una elección, con la modificación de nuestra actitud y de la conversación que mantenemos continuamente con nosotros mismos.

Usted se preguntará por dónde debe empezar. Bien, la autoestima comienza con amor, respeto, aceptación y preocupación por uno mismo. Ese amor acabará por contagiar a las personas que lo rodean, que aprenderán a amarse a sí mismos y a amarlo a usted. El amor cura tanto a aquellos que lo dan, como a los que lo reciben.

Una baja autoestima es consecuencia de :
· Rechazo
· Amor condicional o carencia de amor
· Falta de atención, abandono, negligencia
· No ser tomado con seriedad, no ser escuchado
· Falta de respeto
· Malos tratos emocionales, como desprecios, empleo de calificativos negativos, ridiculización, sarcasmos, censura, humillación, críticas destructivas o amenazas.
· Necesidades no satisfechas
· Prejuicios
· Comparaciones, perfeccionismo, dar preponderancia a los aspectos negativos
· Atención excesiva a factores externos ( apariencia, conducta, logros)
· Expectativas demasiado altas o demasiado bajas
· Culpa, vergüenza, resentimiento
· Malos tratos físicos, abuso o explotación sexual

Una autoestima alta es consecuencia de:
· Aceptación, respeto, amor
· Atención y protección
· Ser escuchado y tomado en serio
· Sentimiento de intimidad, integración, vinculación; contar con una estructura de apoyo emocional
· Sinceridad (con tacto y sensibilidad), honradez
· Necesidades valoradas y satisfechas
· Aprecio por la originalidad de la persona
· Expresión sincera de los sentimientos
· Aliento, apoyo, aprecio y confianza
· Seguridad física y emocional
· Confianza en uno mismo y en los demás
· Expectativas altas, pero alcanzables
· Competencia, éxito, logros
· Hacer el bien y ser bueno
· Sensación de poder personal, posibilidad de elegir
· Orgullo por la propia herencia cultural
· Responsabilidad personal y adecuado
· Contacto físico afectuoso y adecuado
· Indulgencia, permitir errores y aprender de ellos
· Encontrar un significado a la vida, tener metas
· Vivir de acuerdo con los propios valores morales
· Sentimiento de conexión con una fuerza superior (espiritualidad)
· Gratitud
· Sentido del humor, abundancia de risas y juegos

La esencia de la autoestima está en la compasión por uno mismo y por los demás.
La compasión le permitirá comprenderse y aceptarse a sí mismo.
Nadie puede hacerte sentir inferior sin tu consentimiento.

AUTOCONCEPTO:
El autoconcepto es simplemente la creencia o cuadro que usted tiene sobre sí mimos en un momento determinado, y cambia a medida que usted lo hace. Mucha gente dice “ Yo era tímida cuando pequeña, hoy soy tímida y seguiré siéndolo hasta el día de mi muerte”, se paraliza a sí misma, negándose la posibilidad de cambio.


AUTOIMAGEN:
Es la forma en que usted se imagina a sí mismo: lo que puede ser y cómo lo ven los demás. Su autoimagen determina su rendimiento: Una autoimagen negativa pone en funcionamiento un mecanismo de defensa que conduce al fracaso, mientras que una autoimagen positiva pone en funcionamiento un mecanismo de defensa que conduce al éxito


El hombre lleva en su mente una imagen o representación de sí mismo, y de acuerdo a ella, así actúa y se comporta en la vida; de tal manera que si se representa mentalmente como un fracasado, no podrá nunca ser un triunfador, no podrá actuar como decidido y valiente.

Si usted quiere cambiar de comportamiento, frente a la vida, tiene que cambiar la imagen de sí mismo; de lo contrario los cambios que logre, serán sólo apariencias exteriores, pero no logros internos.

LA CONFIANZA:
La confianza en sí mismo, es una cualidad valiosísima de la conducta de la persona y quien carece de ella debe hacer cuanto le sea posible por lograrla, de lo contrario siempre vivirá como una persona pesimista, frustrada y marcada.


La persona que goza de seguridad en sí misma, mantiene un permanente estado de tranquilidad y paz interior, una gran decisión y valentía, para enfrentarse a las dificultades y problemas de la vida. Esta persona actúa con una gran serenidad y naturalidad, sin dejarse frenar ni asustar de los obstáculos; camina con el paso erguido y nunca lo molestan ni las críticas ni las amenazas, es decir, no apoya su comportamiento en la opinión de los demás, y por eso siempre es una persona de éxito. Las personas admiradas por su seguridad y valentía, no son personas sin miedo, sino personas que, a pesar de sentir miedo, actúan por encima de ese miedo y en esta forma van desarrollando el hábito de ser valientes, pese a los obstáculos, amenazas y peligros; de tal manera que ésta persona tiene coraje y la decisión de actuar.


ADELANTE, NO JUSTIFIQUES TU MIEDO Y TU COBARDÍA,
ACTÚA A PESAR DE TUS DUDAS, HASTA QUE ADQUIERAS
CONFIANZA EN TI MISMO, RECUERDA QUE LA VALENTÍA
ES UNA DE LAS MÁS GRANDES VIRTUDES
DE LOS HOMBRES DE ÉXITO.
ACTÚA Y LA ACCIÓN LE DARÁ TEMPLE A TU ÁNIMO.